diumenge, 15 de març del 2009

Un desconocido...

A veces las personas que más desconocemos son las que nos dicen las cosas que más nos importan, o que queremos sentir. Queremos escucharlas y entendemos de ellos la forma (superficial) de vernos a nosotros mismos. Quizá nos digan cosas que no nos gustan, pero seguimos escuchándolos porque, a la mayoría, les gusta saber las cosas “negativas” que cada uno tiene, para poder así, arreglarlas, cambiarlas o aprender a convivir con ellas.

Esas personas creen que solo están hablando, creen que así se acercan más a ti (es verdad), pero para mí (y todos, creo) nos hacen abrir una puerta hacia uno mismo. ¿Por qué, a veces, nos abrimos en personas que no conocemos? ¿Que tiene un desconocido que hace abrir las puertas más oscuras de nuestros corazones?

Quizá porque aquellos que ya conocemos nos dirán lo que sabemos, lo repetirán siempre, los otros nos pueden aportar muchas otras cosas, cosas que a veces los amigos más amigos no pueden ver. Por eso creo que es importante aprender a relacionarse con todo tipo de gente (aunque pienses que no son de tu estilo) todos aprendemos de todos y de todo.

Gracias a tu, desconocido, que me has abierto un lugar donde me he sentido muy feliz por momentos, donde he pensado en toda la gente que quiero, donde he pensado en todo lo que he estado haciendo estos años, y lo he valorado (cosas que muchas pocas veces hacemos).

Muchas gracias.